¿Con qué frecuencia es necesario e higiénico hacer el cambio de sábanas? Esta es la pregunta que la mayoría de las mujeres (bendecidas aquellos que no se ponen el problema!) se hacen, viendo su cama por la mañana.
Es cierto, ahí pasamos muchas horas durante la noche, abrazadas por la suavidad de su tejido, pero también habría que considerar que se sacuden al aire libre todos los días y que, a menudo, la ducha nocturna nos hace ir a los brazos de Morfeo ordenadas y fragantes.
Desafortunadamente, los médicos y los científicos no dejan dudas: sábanas y toallas están entre los tejidos que más absorben las bacterias y los microorganismos y, en consecuencia, se ensucian mas. Las toallas, por su parte, como bien se puede imaginar, son a menudo húmedas y, ya se sabe, la humedad es un lugar predilecto de las bacterias. Las sabanas, por la otra, se ven afectadas por el polvo de la habitación y todo lo que traemos a la cama, incluyendo los gérmenes, la suciedad, pelos, y cabellos.
En resumen, para nuestra salud y la de nuestros hijos, es necesario saber exactamente cuándo y cómo hacer el cambio de sabanas.
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